viernes, 27 de marzo de 2020

Pandemia 2020 - 2



 
Dia 2

Pasado el proceso de desinfección,  nada parecido a  las pelis de virus y contagios mundiales, o apocalipticos, y que debido al equipaje de mi hija llevó bastante tiempo, logramos pasar al hogar en si.
Ella sabia bien como era la cosa, ya que mi mujer la había instruido durante años para eso, dado que la vez anterior era una beba, debía saber qué hacer si otro bichito de esos salía a quilombear por el mundo. O sea que los zapatos, la lavandina, el cambio de ropa, el alcohol en gel (que obviamente ella traía bastante y yo no tenía) eran cosas que había aprendido, pero nunca había puesto en práctica.  Era su primera vez.
Estaba bastante caliente con su llegada, pero no por ella, todo lo contrario, sino por cómo esta otra la  había despachado para mi casa en un auto. 
Y los controles ?. Recien hoy iban a ver el tema de los padres separados y como se articulaba la cosa para que los chicos estuvieran de uno u otro lado sin demasiado movimiento. 
-Como fué que te largó sola ????
Ella se arrellano en un sillón del living y saco su celu todo tuneado.
- Me llamó hoy. Me dijo que venía un auto a buscarme y que tenia que venir con vos.
No le daba mucha más importancia que a un posteo de Facebook. 
Estos pendejos eran increíbles.  No le daban bola a nada. 
-Ella te llamó ? Y dónde estaba cuando hablamos anoche ?
Deslizaba el dedo en la pantalla sin mayores sobresaltos.
-No sé.  Calculo que en la empresa. Hace dos dias que no viene.  Estuve con María hasta hoy a la mañana, porque se tenia que ir a la casa.
Dos dias ?
Me estaba calentando. 
- A ver. Dos dias sola con Maria, y como la señora tenia que irse a su casa a cumplir con la cuarentena, te mandó para acá  ?
Desvíó la vista de su pantalla y se quedó mirándome. 
-Básicamente eso.
Agarré el celu, todavia húmedo del alcohol , y marqué el número de mi mujer. 
Qué carajo le había agarrado a ésta mina ?. 
La puta madre, el contestador de mierda ese . 
-"…después del tono deje su mensaje…' . 
Y una mierda. Ya ibamos a hablar.
Serena estaba conmigo y eso estaba bien, al menos par mi.
Ya conocia la casa, al fin de cuentas vivió en ella hasta hacía tres años, el tema pasaba mas que nada por la comida, y obvio yo no soy un buen cocinero, apenas un huevo frito aceptable y un churrasco sin quemar. Bastante si lo pensas bien.
El problema radicaba en que solo comia tres o cuatro cosas, nada complicado, pero que requerian una nueva salida al super. 
Habia unas hamburguesas, salchichas, las papas recién llegadas y bañadas, y queso fresco cuya horma recien había recibido un cariñito.
Obviamente sólo y a los cincuenta y cinco años, no tenia ganas de hacerme el gourmet. Por suerte ganaba bien y descontando los impuestos y la parte para mi ex, me daba para comprar algo hecho o pizza y empanadas. En combo y por separado.  
Por suerte habia una gaseosa, parte de una promo de la pizzeria, y que con la provision de cerveza que hay en la heladera, era candidata a ser rechazada. Menos mal que agarré todo.
-Te escribió o te llamó mientras venias para acá ?
La vista fija en el celu.
-Nop.
"Nop". A algunas cosas no me iba a acostumbrar nunca.
Aquello era raro. Carmen nunca pasaba mas de una hora sin controlar la hacienda. 
Ella trabajaba como secretaria en un laboratorio, con un farmaceutico o algo asi, y aunque nunca me lo dijo, seguramente la persona con la cual compartiría algo más que el trabajo. Nunca antes se habia metido tanto en ello, más bien lo contrario, ya que era el prototipo de anti-patronal más encarnizada que se pudiera hallar.
Agarré de nuevo el celu
- Soy yo. Serena ya está en casa y esta bien. Llamame apenas tengas ganas.
Fin del mensaje.
Me acordé que algo me había comentado de tareas virtuales para el colegio, ya que todas las escuelas, jardines, y hasta las universidades, hacía una semana que estaban sin clases. 
-Tenés tarea ?
Apoyó el celu en sus piernas y resopló mirando a un costado.
-Si…ahora la hago...
-Bueno…! Era una pregunta nomás…
Se levantó y fue a su cuarto, siempre listo aunque hiciera casi un año que no lo usaba, y el cual siempre limpiaba ceremoniosamente, ventilando y perfumando.
-Hay Wi-fi, pa…? Pagaste el cable ?
Un acceso de rabia me recorrió la espalda. Pero en el fondo tenía razón de ser su pregunta.
No era muy bueno manejando la plata, me salvaba que me pagaban bien, y parte de eso fue una de las tantas causas de la separación.
-Si. Hay.  Esta todo al día. 
Eso último no era del todo cierto, pero no iba a  afectar el tiempo de cuarentena.
Fui a la cocina a acomodar todo lo que traje, cuando de reojo la veo correr al baño. 
Mi cerebro machista banalizo varias causas del apuro, pero sin mayores problemas.
Mucho jabón y detergente en la bacha y adentro con los sachets de leche, vino, y todo lo que se pudiera mojar. 
Cuando terminé y dispuse todo sobre papel descartable en la mesada, limpie bacha, manos, y mesada con lavandina apenas rebajada. 
Si quedaba algún bicho vivo, no le iba a dar oportunidad alguna.
Me llamó la atención que no saliera aún.
- Estás bien ?
Ruido adentro. La canilla del lavatorio abierta a tope.
- Si. Si….todo bien. Ya salgo. Tenés que entrar ?
No. Era curiosidad y una alerta interior que me rondaba la cabeza.
-No.
Guardé las cosas, repase la cocina, miré una cerveza abierta de reojo al abrir la heladera, y caí en cuenta que no me quedaban aspirinas.
-Que boluda…!
La voz me llegó clarita en medio del silencio, el cuál era muy notorio  al no haber bondis ni autos pasando como en dias normales.
-Que pasó  ?
-NADA .
Fue bastante fuerte y claro. Pero de ninguna manera era nada. 
-Seguro…?
Un resoplido y ruidos con el chorro de agua.
-BASTA , PA…!
Listo, dije. No se hable más. 
Prendi la tele de la cocina y comencé a pasar los canales. Muertos por todas partes. Italia, España, China, y una escalada alarmante en Estados Unidos.
Los informativos tenian corresponsales en todos lados, gente común que por una cosa u otra vivia o estaba en lugares dónde la cosa se ponía fea. Algunos periodistas o cronistas fueron sorprendidos por la pandemia en algunos de esos lugares, y ahí nomás le calaron el auricular y le dieron un micrófono. 
Era el virus de mayor transmisión de la historia, el que más rápido evolucionaba, y con mayor letalidad para los grupos de riesgo. 
Pero no solo los mayores y los que padecían enfermedades de cuidado, tanto en España e Italia se daban casos de gente de 20 a 30 años que estaban más sanos que las preciosas chicas de los yogures o alimentos saludables, y les había pegado terrible. Hasta problemas respiratorios tenian algunos. 
Se notaba que trataban de bajarle el precio en algunos puntos, tal como decía el gobierno, para que no llevaran miedo o angustia a la población. 
Bueno, no se notaba.
Apago la tele y voy al baño, en automático, viendo que la puerta estaba entreabierta y la luz apagada.
Si bien lo habia limpiado, notaba como un repaso algo apurado en el mismo. 
Miré el tachito que dejo bajo el lavatorio para tirar cosas que no fueran papel higiénico, y vi hecho un bollito bien apretado el motivo del ajetreo ahi dentro.
Claro.  Qué boludo…!
Ya no era una nena, había crecido y desarrollado.  Seguramente con todo este desprolijo traspaso de hija, se habia olvidado algunas cosas fuera del bolso.
Se venia una nueva salida al super. 
La puerta de su cuarto esta cerrada. Golpeo.
-Abri - me dice en un tono muy diferente del que vino hace un rato. 
Entro y la miro
-No te preocupes.  Papá se ocupa. 
Su carita era de verguenza, colorada como un tomate. Una sonrisa apenas esbozada parece un "gracias ". 
Estas cosas son de mujeres y si bien los padres comprendemos, no tenemos mucho tacto en algunas cuestiones.
Paso por la cocina a apagar la tele. Otro muerto por el virus en Argentina. Eran pocos hasta ahora, pero seguian sumando, y esto recién empezaba.

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