lunes, 27 de abril de 2020

Pandemia 2020 - 8

Pandemia 2020 - 8

Día 8

La tos de mierda me despierta.  No sé qué hacer.
Me duele la garganta y no respiro bien. Algo está terriblemente mal…
Serena duerme en su habitación,  tranquila, con el cuello retorcido como acostumbra.
Silencio, mucho silencio. Estoy que vuelo de fiebre, estoy hirviendo, transpirado, mal. Pareciera que me hubieran agarrado a palos y me dejaran tirado en la puerta de mi casa. Ayer llamamos al teléfono que nos dieran para casos con síntomas como este. Que me quede en casa y me vaya tomando la fiebre de forma regular, si notaba que me faltaba el aire o que me ahogaba,  que me acostara y  tratara de respirar despacio. Una ambulancia iría en cuanto hubiera una disponible. Todavía no llegó.
Están atendiendo urgencias por todos lados.
Me levanto. Voy al baño.
La imagen que devuelve el espejo da miedo. Algo en la base del cuello me deja tan sin aire como la mierda esta que me está matando.
Una línea negra y muy marcada parece nacer cerca de la clavícula y sube hasta detrás de la oreja. Es como si una vena o arteria se hubiera puesto muy oscura y sobresaliera del tono de la piel. Igualmente me estoy poniendo muy pálido.
Veo luces en ventana del comedor.
LA AMBULANCIA…!!!
No la policía.
Llego hasta la cortina y la corro un toque, lo suficiente para espiar entre las maderitas.
Dos móviles con las luces puestas pero sin sirenas, muchos tipos armados caminando por las veredas.
Van para la cuadra siguiente, atrás vienen más luces. Una ambulancia. Pero no es la mía.
Cuando carajo me contagié ?
A ver, esto empezó antes que dictaran la cuarentena, bastante antes seguro...
Los milicos…!!!
Claro, ellos ya estaban por todo Caseros dando vueltas, ahora que me acuerdo bien.
Las salitas y   los hospitales…
Desde principio de año que hay muchos médicos dando vueltas, siempre muchos enfermeros, o doctores en el tren de vuelta. Tanta gente de verde agua, celeste o de blanco .Antes nunca se veían tantos…
Cuándo me pegué esta mierda…???
En realidad pudo haber sido en cualquier momento. Qué se yo …  Desde  cuando sabían estos hijos de puta que se venía esto...?.
Encima soy un desastre cuando bajo la guardia, vivo  tocándome la cara, los labios, los ojos…y  la
gente es de lo peor. Estornudan en la mano, y   con la misma mano que se refriegan en la ropa, o se agarran del pasamanos…
Los que tosen o estornudan sin taparse la boca, al aire, o contra lo que sea, una pared, una puerta, arriba de una mesa de un local…
En general tengo bastante cuidado con eso, pero luego de la pandemia que casi fue con la H1N1, me volví algo menos constante. Ese,  Ese había sido el error.
Las luces llegaron hasta la otra cuadra, no más de la mitad. La casa del tano Paolo casi seguro.
Me estiro contra el borde de la ventana, para poder ver bien, o todo lo que se pueda. El ángulo es tan cerrado que cuesta ver con detalle. Pero si, se paran ahí. Nada de sirenas. 
Tipos del GAD andan por las veredas. Se escuchan un par de golpes en las rejas de algunas casas, y voces gruesas que ordenan cerrar las ventanas..
Algunos pasos que se arrastran detrás mío.  Serena se levantó.
-Pá ...
Me pongo un dedo en los labios y  la hago callar.
Pasos de botas o borcegos en nuestra vereda.
Dos tipos del GAD  caminan por el medio de la vereda. Van armados.
Pasan de largo. Uno se frena. Vuelve.
Mira mi ventana como si pudiera ver a alguien atrás del vidrio y las tablitas. El otro viene también.
Se dicen algo por lo bajo, algo que no escucho, porque casi seguro tienen un microfonito como en las pelis.
Uno asiente y  acerca la punta del caño del fusil al borde de la reja.
Un chasquido  como de electricidad. Si,  tienen radio para comunicarse. Ambos se dan la vuelta y  siguen hacia la otra cuadra, hasta lo del tano.
Desde el ángulo de mi ventana logro ver la puerta de la casa, apenas lo justo.
La ambulancia está en medio de la calle, los otros montan como una especie de vallado con una tela negra. Desde enfrente, o de la otra cuadra no se vería nada, pero de acá si. La ambulancia tiene la parte de  atrás abierta en nuestra dirección.
Salen unos tipos llevando una bolsa negra, una bolsa de cadáver que iba llena. El blanco de los trajes no deja lugar a dudas, son los eternautas del otro la do de la vía, los del carperío ese que armaron frente al playón municipal. Luego salen otros dos con otra bolsa más.
En total salen ocho bolsas de esa casa, seis grandes y  dos más chicas.
PUTA MADRE! ! !
Toda la familia salió embolsada.
-Noooo… - susurra Serena debajo mío, agachada y  espiando en el mismo ángulo.
-Si. Todos… - llego a susurrar en respuesta.
Tano pelotudo…
Se pensó porque sobrevivió a la guerra se salvaba de esta. No.
Los virus, o lo que mierda fuera esto, no perdonaban a  nadie. Cagaste tano. Lo lamento por la nena. No se merecía esto…
-Papá…?
Si,  imaginaba lo  que   me   iba a  preguntar. Y   era verdad, en  esa  casa  habían muerto todos, hasta los  niños.
-No sabía que estaban enfermos … - susurra por lo bajo.
Hace un breve silencio.
-Por   qué   tanta policía …?
Si uno se ponía a pensar, no  tenía sentido tanta  gente  armada para  un  caso de salud, un  contagio seguido de  muerte  en  este caso.
Tampoco  se entendía  por qué hacían que la gente no espiara o  se viera obligada a cerrar  firmemente sus ventanas mientras ellos hacían la  evacuación de los cadáveres, bastante ya con la carpa esa que  habían armado para impedir la  visión desde los otros ángulos de  la calle.
Estaba conteniendo la tos,  algo que me estaba molestando y   mucho,  ya que el ardor o la picazón eran muy fuertes, más aún   con esa sensación de  frio en   el  pecho, que conducía sin lugar  a  dudas a un leve ahogo como  el que me había despertado. Aunque cuando desperté no parecía tan leve.
Hago fuerza  para que   no  se escuche nada. A pesar de la gente que había en  la calle,  el silencio era tremendo, casi palpable. Evidentemente saben hacer su trabajo.
El sonido de unos pasos nos sorprende por lo cercano de los  mismos. Alguien viene caminando contra  la pared, muy pegado, y  con lo absortos que estamos  no le  prestamos atención. Son pasos pesados, de un policía seguro . 
No  aguanto y  toso.
Casi dos metros de policía  pertrechado se paran frente  a  la ventana.
Serena ahoga una exclamación, que en ese silencio y con esa tensión,  podrían ser  peor que mi tos.
El tipo se detiene y se vuelve hacia nosotros. No nos ve por el reflejo de los vidrios y la oscuridad.
Serena atina a poner boca abajo el celu, no sea cosa que se prenda la pantalla por cualquier boludez y  el tipo vea la luz.
Hace visera con una mano  enguantada, le  parece que   puede haber alguien espiando. Es verdad, pero no quiero que se entere. 
Baja una mano y la sube con un tubito de metal. Le bajo la cabeza a  Serena y me corro lo justo para quedar detrás  de la pared.
Un  puntito rojo se mueve  intermitente en   la pared  opuesta  del  comedor. Es  una mira láser,  que  el policía la usa de puntero para ver si  alguien anda por ahí adentro..
La  apaga y se va.
Zafamos …
Un  motor acelerando  dobla en  la esquina y pasa frente  a  nosotros rumbo al lugar de  los hechos.
Gritos.
-HIJOS DE MIL PUTA…!!!
Llevan a alguien entre dos, esposado o  atado al parecer.   Tiene las  manos en  la espalda inmovilizadas.
-AHORA NI EN MI CASA PUEDO ESTAR….!!!
Seguro lo agarraron espiando detrás de  la ventana.  
Adonde lo llevarían  ... ?  No  podían entrar a una casa particular  y  llevarse a la gente porque estaba  mirando por la  ventana. Estamos en ESTADO DE DERECHO…!!!
Pero estos se  cagan en los derechos…
Quien va a reclamar nada ... ?
A pesar de la adrenalina y  el  miedo, mi  cuerpo no está bien. Me  siento como el orto.
Toso de nuevo, esta vez sin  problemas. Están todos en  la otra cuadra, y  el tipo  se escucha putear hasta adentro del patrullero.
Por lo que sabía,  ahora  iban  a  investigar a los  contactos del tano,  hasta varios días atrás. Aunque no sé qué  iban a hacer con eso, ya que según el parte de la tarde,  los hospitales estaban hasta las  manos.
De  hecho teníamos  la mayor   cantidad de personal de salud infectado del mundo. Ni los americanos , que tenían un bardo padre,  estaban con tantos  médicos y  enfermeros contagiados.
Algo había fallado en  alguna parte y ese bichito de mierda nos estaba  pasando por  encima ..   Al mundo entero se lo estaba fagocitando.
Se  me cierra la garganta ..   Voy  al baño y la dejo a Serena sola en  la ventana.
-QUE TE PASA PAPA …?????  - La voz de mi hija se me hace muy lejana.
Mientras trabo la puerta me inclino sobre el  lavatorio. 
Veo todo rojo apenas me  pasa un hilo de aire  por le  garganta ....
SERENA ESTA SIN BARBIJO…QUE BOLUDO QUE SOY…
-PAPA…!!!
Los   gritos  de mi  hija  resuenan del otro lado de  la puerta. Toso,  me  ahogo, toso,  meahogotosomeahogotosomeahogotosomeahogo
-PAPAAAAAA ..... !! !
TOSOMEAHOGOTOSOMEAHOGO….

lunes, 20 de abril de 2020

Pandemia 2020 - 7

Pandemia 2020 - 7

Día 7

El primer muerto en vivo se vio en una cola del banco, en medio de un noticiero, lo que hizo que la noticia no pudiera ser censurada, y para colmo de males, en un banco que justamente cubrían varios medios, debido al aglomeramiento de gente, algo totalmente contrario a lo que se estaba fogoneando desde el gobierno, en cuanto a la no aglomeración de personas en un mismo espacio.
El hombre empezó con tos, pareció ahogarse, y luego de varias sacudidas cayó como fulminado al 
suelo.
Aquello fue terrible, crudo, y en directo, ni el programa más sensacionalista lo hubiera podido lograr.
La escena tenía mucha comparación al experimento de la pimienta y  el jabón, que tanto 
circulaba por las redes en esos días, ya que al caer muerto, la gente que lo rodeaba apareció a casi casi cinco metros de dónde se hallaba al principio.
Una paramédica se acercó a auxiliarlo, y luego de vanos intentos corroboró su muerte.
El camarógrafo más cercano arremetió entre los colegas, y acercó el lente lo más que pudo, hasta lograr un primer plano del hombre.
El rostro presentaba marcas que casi me hacen morir del susto. 
Eran idénticas al que tenía el que  había entrado a casa.
Pero eso no fue todo, aún había algo más para esos espectadores tan sorprendidos y morbosos, algo que haría que las transmisiones, a partir de ese momento fueran monitoreadas segundo a segundo. A pesar de haber comprobado su deceso, de chequearlo por segunda y hasta tercera vez, algo que se escapaba a toda comprensión sucedió de repente.
El cuerpo se sacudió, vibró con fuerza, algo totalmente perceptible, teniendo en cuenta la cercanía del lente.
Y abrió los ojos.
ERAN LOS MISMOS OJOS DEL LADRÓN…!!!
La mirada, el color, esa cosa ,creo que mi impresión fue tan fuerte que Serena tuvo que sacudirme un brazo para que no llegara a gritar de espanto.
Y se sentó.
Lineas oscuras recorrían su rostro, su piel se tornaba lívida lechosa, pero viva en algún sentído, moviendo su cabeza lentamente, de un lado a otro, como si despertara de una pesadilla y tratara de reconocer el lugar donde había despertado.
Sacando sus características tan especiales, uno no diría que ese hombre había muerto, ni mucho menos, impresionaba eso de su aspecto, sin lugar a dudas, pero para alguien que recién llegaba, ese hombre estaba solamente sentado en el piso, y se estaba por reincorporar.
Y lo hizo.
No emitió sonido alguno, solo estiró su mano hacia la paramédica que lo asistió, como un gesto de 
agradecimiento tal vez, y luego dio unos pasos temerosos hacia la calle.
Y allí cayó de bruces, muerto por segunda y última vez.
La señal volvió al piso del canal que transmitía, dónde los periodistas confusos y sin coordinación , hacían un esfuerzo por no parecer torpes ante una situación que no estaba en los papeles de nadie.
Mi hija estaba impresionada y muy asustada  era la  primera  vez que se topaba con la muerte en vivo y  en directo. Obviamente ya había visto algún velatorio  y entendía el concepto, pero no así y en medio de una situación por demás insólita.
.-...Se levantó… -dijo muy asustada. 
Mil ideas se me vinieron a la cabeza, fue como si las palabras de mi hija hubieran destrabado un mecanismo que me había dejado absorto en medio de la impresión.
Tal vez la paramédica no lo había auscultado bien, tal vez sus dedos no sintieron las palpitaciones de las venas, tal vez su aliento había quedado casi efímero al sufrir las convulsiones y la tos, tal vez...
Todos los tal vez del mundo no podían cambiar la expresión de ese rostro, de esos ojos, nada iba a cambiar ese sentimiento tan profundo y horrible que me había embargado, el de reconocer que aquella persona se asemejaba mucho al hombre que había huido ya muerto de mi casa.
Eso no tenia explicación, no una racional al menos, era como si de repente los zombis fueran algo real y no algo sacado del folclore o la ficción. Nadie resucitaba de una, y cambiaba sus rasgos para volver a morir minutos luego. Eso era absurdo.
En algún lado de esta pandemia había algo que se nos escapaba, aparte del virus, y  que ponía todo patas para arriba.
La informaci6n de la tele era a veces algo confusa y sin demasiados detalles, salvo los casos en otras partes del mundo, dónde ya habían aparecido cuerpos en las calles, abandonados allí luego de haber muerto por el virus, no especificando si por primera o  segunda vez, luego que los sistemas de salud colapsaran y tanto las morgues como los crematorios no pudieran sostener la cantidad de cuerpos que se iban acumulando.
En la mayoría de los países los cuerpos no eran entregados a sus familiares, salvo que salieran de terapia intensiva, con mejorías notables, por el contrario, eran enviados directamente a incinerar, y ni siquiera las cenizas de ellos se devolvían.
Era una muerte cruel y solitaria, lejos de todos tus seres queridos, lejos de tu hogar, pero sobre todas las cosas, una muerte en las sombras. Entrar a un hospital con el virus era algo comparable a una larga despedida de este mundo.
Cuando Serena miraba la televisión, absorta cada vez más en estas noticias, y no en sus redes, se notaba la transformación que iba sufriendo en su rostro, en sus ojos, en su miedo.
-Si alguno de  nosotros se enferma y tiene que ir al hospital, puede ser que no nos veamos más...?
Lo preguntaba con un miedo evidente, habla mucha preocupación en su voz, a sabiendas
que la respuesta estaba allí, en las noticias que se difundían y tanto la habían alejado de la computadora.
Últimamente todo estaba preocupante, la tele o las redes eran un antro de preeoupaci6n y desesperanza, a cuál peor.
Las redes mostraban las imágenes de algunas países de África o Centroamericana, dónde los 
cuerpos abandonados pululaban por las calles, y cientos de teorías especulativas tenían sus ávidos espectadores que retransmitían los videos, tanto en la misma red, o en otra en las cuales tenían sus cuentas.
A toda esto el gobierno decía tener todo controlado, que se achataba la curva", pero que no se condecía con la miles de fosas que se cavaban en distintas provincias, ni en el desmesurado pedido de ataúdes económicos que se habían gestionado en algunos lugares, con la habilitación de viejos crematorios que habían sido cerrados hacía tiempo, y ahora volvían a la actividad.
Y ni hablar de los cientos de embalajes y bolsas mortuorias que estaban llegando desde Asia vía aérea.
Lo peor del tema era que nadie salia a desdecir las noticias que sobre estos temas se iban sucediendo en la televisión y en otros medios, que tanto los reproducía la misma televisión, o las redes sociales que estaba a full todo el tiempo.
Para colmo en internet  había otros videos que eran tanto o  peor que lo que mostraba la tele.
"La mejor arma química o bacteriol6gica es la que nadie sabe que ya está entre ellos" Ese era el título de un video que se estaba haciendo viral en todas las redes, una experta americana que contaba sobre la creación del virus que estaba asolando el planeta, y según mucho de lo que se rumoreaba, era de  procedencia asiática, un  arma bacteriológica que se había escapado de un laboratorio, y que gracias a los documentales de hacia unos años, aportados por la televisión italiana, avalaba la teoría.
Un virus pensado para afectar a las masas, pero con la particularidad que, de ser liberado en una situación ideal, sería indetectable.
Como estaba diseñado para matar, era imposible que un organismo con problemas o bajas defensas pudiera soportarlo, pero un cuerpo sano y sin antecedentes o enfermedades que pudieran activarlo, haría que el mismo se convirtiera en un portador seguro e indetectable, capaz de contagiar a miles de personas antes que su agresividad se volviera evidente, y los síntomas fueran ineludibles.
La teoría tenia un asidero en la gran cantidad de asintomáticos que había en el mundo, un porcentaje nunca antes visto, y que podía hacer inútiles todas las medidas que no fueran  un testeo masivo para poder hallarlo.
Pero había más, por si eso fuera poco. Algunas redes sociales se señalaban que se había trabajado en otras etapas de su diseño, en algo que esta especialista no conocía, y que evidentemente tenía que ver con su desintegración o eliminación, antes que las supuestas fuerzas de ocupación llegaran. Sin embargo en ese momento sería cuando algo salió mal y  el virus se escapó al control de los científicos que lo crearon.
Aquello daba pavor. 
Solo pensar que la plaga que nos estaba asolando podía ser causada por seres humanos era algo que  se había visto en el cine o los libros, no en la vida real como estaba sucediendo.
Las grandes potencias se estaban peleando por los insumos sanitarios, lo que podría significar un enfrentamiento a muy corto plazo, y no por las vías diplomáticas.
Pero si bien todo eso era un problema, acrecentado por el aislamiento instruido por el gobierno, había otro problema que no podía ser encubierto por más tiempo.
Sumado a los dolores de cabeza y lo que fuera que tenía en la garganta,estaba comenzando a toser.


viernes, 10 de abril de 2020

Pandemia 2020- 6








Día 6

El dia anterior había tenido muchas revelaciones, pero sobre todo muchas mas dudas. Algo no estaba bien, eso estaba claro, sobre todo si uno se ponía a pensar en la cantidad de efectivos en la calle, algo que no se veía desde los tiempos de los milicos, hace mucho tiempo y varias generaciones atrás.
Estaban en la zona, eran del GAD y no de la bonaerense, como sería lógico de ver, y el del 911 no dudó, no preguntó mucho, de hecho no me pidió que repitiera mi dirección o le confirmara el teléfono.
Me llamaron a eso de las doce del mediodía, confirmando que el tipo en cuestión se había escapado de la cuarentena, que no era barrendero ni nada parecido, y que ya había robado en otras casas.
Efectivamente había muerto por la fractura de las vértebras tal y cual, o sea que se había quebrado el cuello, pero que no se requería de mi presencia en sede policial alguna, ni tampoco una declaración escrita. Un breve whatsapp con los hechos que había presenciado, y que me quedara respetando la cuarentena, que a todas luces parecía ponerse cada vez más estricta.
Había muchos casos que estaban apareciendo, importados la mayoria y otros por contacto con ellos, aunque había un alto porcentaje de casos en estudio , por decirlo de alguna manera, que bien podrían ser autóctonos. Y eran muchos.
Asimismo varios barrios en distintas localidades del Gran Buenos Aires habían sido cerrados a cal y canto, completamente custodiados por fuerzas de seguridad y a donde las cámaras de la televisión no estaban llegando. Es más, ni siquiera iban. Solo breves comentarios en los noticieros sobre tal o cuál lugar, dónde el Ejército había acudido en misión de ayuda humanitaria, repartiendo comida, o prestando asistencia médica que no fuera específica del virus que se estaba propagando.
La cosa se ponía fea y algo opresiva, los noticieros de todo el mundo hablaban de una franja de edad que iba de los 45 a los 80 años, dónde el poder mortal del virus había hecho estragos. Miles de muertes y muchos pacientes graves, críticos todos con asistencia respiratoria, y en algunos hasta nuevos síntomas que no se conocían hasta el momento.
En un portal que desapareció al cabo de seis horas, en España, mostraban imágenes que de seguro no podían ser ciertas, sobre cuerpos aparentemente pertenecientes a pacientes muy infectados, y que en teoría databan fallecidos al momento de las filmaciones, pero que se movían y reaccionaban con lentitud a órdenes que le daban los enfermeros o médicos, como si salieran de un estado de letargo y se reencontrarán con el mundo exterior.
Según narrador en off, esas personas habían sufrido la enfermedad casi sin darse cuenta, hasta que en cuestión de un día a lo mucho, se descomponían mal, llegando a transformaciones parciales de sus cuerpos, y morían clínicamente. Sin embargo afirmaba que seguían activos determinado tiempo hasta que el organismo colapsaba definitivamente y simplemente caían muertos.
Los vídeos eran muy perturbadores, y seguramente no les hubiera dado nada de bolilla si no hubiera pasado la noche que pasé.
ESE TIPO ESTABA MUERTO YA ANTES DE SUBIRSE AL TECHO POR SEGUNDA VEZ.
Era una pelotudez grande como el cagazo que me había pegado. De eso no había duda, pero en ese momento, solo con mi hija en casa,  con miedo, y sin poder comunicarle con Carmen, la cabeza se me disparaba a cualquier parte.
Pero aparte de eso, estaba el tema de los canas la madrugada anterior, raro desde el vamos.
Como había sido imposible pegar un ojo, estuve despierto hasta que fueron las 8.00,  donde me cambié para ir a buscar pan y alguna boludez a la bolivianita, la cual estaba algo triste porque su padre, el guardabosque, estaba con fiebre y no pudo ir a ayudarla.
Los pocos negocios que hubo abiertos ahora estaban cerrados, incluidos otros súper chinos que había en la zona, solo dos bancos abiertos parcialmente para pagar a jubilados y beneficiarios asistenciales, una de las tres ferreterías, y dos de los cuatro súper de cadena. Dos de la cinco panaderías, y la totalidad de las farmacias y casas de artículos de limpieza.
Caseros parecía militarizada, a juzgar la cantidad de personal de seguridad armado y pertrechado que se veía en las calles.
Vi varios camiones del ejército llevando gente toda enfundada en trajes aislantes, como el Eternauta Juan Salvo, todos llenos, que iban hacia el playón municipal.
Con la excusa de decir a buscar alcohol en gel, que se sabía que no había, caminé cinco cuadras hasta el paso nivel  de las vías del San Martín, desde donde se podía ver parte del playón del municipio, y dónde había una casa de artículos de limpieza y un despacho de pan.
Obviamente me pararon a la segunda cuadra, donde tuve que mostrar el documento y decir que iba a buscar. Me creyeron lo justo, pero pude seguir.
Recién ahí caí en la cuenta de lo que estaba pasando. Nunca había sucedido algo así, desde la época de los militares, pero ahora en un gobierno popular y elegido hacia meses nomas.  Casi dos meses antes que el bicho saliera de la sopa china. Era increíble.
Cuando llegué, vi que en el paso a nivel propiamente dicho, había policías bonaerenses pidiendo documentos al voleo en algunos casos, pero no en otros. De allí que sacara a relucir uno de los artes que mejor dominaba, en especial cada vez que tenía peloteras con mi mujer, casi siempre últimamente, y que consistía en hacerme el boludo.
Debido al distanciamiento social, y a la gente que compraba lavandina suelta, la fila era larga. Para que no se juntara con la del despacho de pan, la nuestra discurría hacia el paso  a nivel, muy cerca de los canas, que se habían corrido hasta la primera vía para filtrar gente.
Desde allí tuve una  buena visión de lo que ocurría en el playón.
Habían montado unas carpas enormes y muy bien armadas,  de apariencia muy robusta, junto a un complejo de instalaciones hechos de contenedores acondicionados como unidades funcionales.
Por un segundo me acordé de una vieja serie de los 70's, Cosmos 1999, dónde la mítica base Alfa se parecía mucho al complejo que se veía.
El camión de los eternautas estaba entrando entre los containers blancos dónde personal militar iba y venia con papeles y carpetas.
Una parte del camión quedó oculta por los contenedores, pero una parte de atrás  estaba visible.
Los eternautas bajaron ordenadamente y se dirigieron hacia las carpas gigantes.
Me hubiera gustado tener el celu encima y no cargando en casa, pero con la madrugada que había pasado no esperaba que todo me saliera como quería.
Uno de los policías consideró que estaba mirando mucho hacia determinado lugar, y vino directamente a pedirme documentos y preguntarme que iba a comprar, por qué no buscaba más cerca de mi casa, en eso demostró saber bien la ubicación de los negocios del rubro, y luego de considerar que no había transgredido aún nada, aguardó cerca mío que me atendieran, y luego me escoltó hasta la esquina en dirección a mi domicilio. Un amor de persona, el cana.
Cuando llegué a casa, y luego de la ceremonia de la desinfección, me hallé con Serena mirando la CNN, dónde se mostraba como en Argentina se construían unidades especiales y hospitales móviles, en previsión de un pico de contagios para dentro de pocas semanas.
-Mira Pa. Los arman en nada. Como hicieron los chinos.
Las imágenes mostraban a la grúas montando unidades prefabricadas sobre esqueletos de metal, casi como los esqueletos de los containers muy grandes, pero que tenían puertas,  ventanas, pisos, hasta toda la tubería dónde pasarían los cables, caños, y hasta los conductos de oxígeno.
La mayor parte eran unidades de terapia intensiva, y todas tenían las conexiones para la red eléctrica normal, y una secundaria a generadores externos que ya se habían comprado y estaban por ser distribuidos a esas unidades.
Según la emisora ya había en distintos estadios, cerca mío había un par, y diez unidades en la provincia de Bs As, y habría dos por provincia en pocas semanas.
Eso se condecía con los mensajes de amigos de la Sociedad de Fomento de Caseros, y de los CEDEN que comentaban que habían vaciado y limpiado a fondo el lugar para llenarlo de camas.
- Cuánta gente esperan que se enferme, papá…?
La pregunta me tomaba sin una respuesta rápida. Si tenia que responder por lo que había visto, se iba a asustar y no era la idea. O tal vez si.
-No sé, mi vida. No sé.
En ese momento el cable entero entraba en cadena, confirmando lo que se veía.
El presidente anunciaba un endurecimiento de la cuarentena, y la incorporación del Ejército para ayudar a las fuerzas del Orden.

jueves, 9 de abril de 2020

Pandemia 2020- 5

Pandemia 2020  - 5

Dia 5


Me levanto con mucho dolor de cabeza, demasiado para un día sin mayores problemas, salvo los temores que el estado de encierro voluntario, acompañado de los encierros de todos los vecinos, me estaba empezando a provocar.
El reloj dice que son las 05.00 am, apenas un rato antes de lo que suelo levantarme. Serena duerme en su cama con el "cogote" torcido, tal como mi mujer suele, o mejor dicho solía decir.
Tengo algo pegado en la garganta que parece un pedazo de lija, duele como el carajo, y me hace ahogar.
Imagino que debe ser esa manía de mierda de poner el ventilador allá atrás, a mi espalda cuando estoy en la compu, en parte para que me vuele los mosquitos que buscan el calor de la cpu, y que cuando apago la máquina se esconden en los angulos de la mesa o cerca del gabinete. El aerosol ese es mucha publicidad, pero a los mosquitos más grosos no los mata como en la propaganda.
Me siento para el orto.
Todavía tengo fresca en la mente la charla con mi hija antes de acostarnos, hace dos horas nomás, algo que viene siendo normal ante tanto tiempo sin hacer otra cosa que estar acá adentro.
Fue algo que disfruté mucho, que me gustó mucho, y en el que aprendí que la nena esa que todavía tengo a cada rato en mi mente, ya creció.
A veces uno no llega a comprender la velocidad a la que la vida transcurre, sintetizada en la frase que el tiempo vuela, y si no fuera por las miles de fotos, y cientos de videos que tengo de ella, me sería imposible revivir ciertos momentos.
Mientras hablamos estuvimos viendo casi todas las carpetas donde guardo esos recuerdos, las mismas que le copié a mi mujer antes de irse, dónde el corazón se me estrujó mil veces, y en varias ocasiones se me llenaron de lágrimas los ojos.
Desde esa bebita hermosa, a esa nena de chupete y mamadera, de la que solo se veían unos pelitos cuando caminaba al otro lado de esa misma mesa del comedor, a la que se puso el primer guardapolvo para ir al jardín,la que llenó con cuadernos y lápices su primera mochila en primer grado, y a la que hacía poco había comenzado el secundario.
Me encantó ver su carita mientras miraba esos recuerdos, su risa cristalina y espontánea, la humedad de sus ojos al recordar o ver determinada foto, verse chiquita en varios videos, o exclamar que era imposible que hubiera hecho tal o cual pavada o desastre.
Allí fue dónde hablamos de sus sueños, de lo que quería, de lo que le hubiera gustado, y que salvo el hecho que sus padres ya nos estábamos juntos, su vida había sido muy buena.
Solo ese llanto, el único con un motivo valedero, fue el que marcó el fin de su infancia  Todos los demás habían sido caprichos frustrados, como así ella misma los reconocía.
Habíamos pasado la tarde y la noche en ese comedor, limpiando la biblioteca en parte, ya que era muy grande, acomodando las peliculas y los discos, y mientras ella me ayudaba en parte con eso, le pasó el trapo con desinfectante y limpiador a todos los pisos. Hasta le había quitado el polvo a los muebles.
Creo que a Carmen le hubiera dado un patatús ver semejante despliegue de limpieza y orden.
Había tenido un sueño raro, algo preocupante por cierto, y bastante real, pero salvo eso, no encontraba otro motivo que el ventilador allá atrás, a mi espalda aunque fuera a la mínima velocidad.
Me había reconvertido al purismo, solo agua saborizada en las comidas, apenas un vaso de cerveza en la sobremesa, y algo que se asemejara a un postre para compartir.
Casi que me desconocía. 
Iba para el baño cuando crei escuchar un ruido metálico, muy leve, como de algo parecido al aluminio cuando golpea una pared.
Una escalera, la puta madre...!
Corro en patas, como estaba, hasta la ventana del frente,  en el comedor. Estiro apenas la persiana de madera, lo justo para ver como las patas de una escalera de aluminio se perdían en lo alto del marco.
Los muy hijos de puta se habian subido por el frente, y una vez arriba la habian subido.
Pasos sobre el techo. Una antigua terraza recubierta de membrana.
Hay cuarenta metros cuadrados cubiertos, hasta el patio trasero. Altos paredones en la medianera del vecino contiguo, y del otro al fondo.
Abajo todas las ventanas y las puertas tienen rejas de gruesos barrotes, pero no puedo saber  que se traen estos tipos.
De nuevo en patas para el fondo, al viejo cuarto cuando Serena era bebé. 
Todavia ni se habia enterado que pasaba algo.
Desvío en la cocina para agarrar el celu. Lo prendo mientras voy a la ventana del cuartito.
El cartelito de SAMSUNG que prende y apaga se toma su tiempo como el mejor.
DALE LA PUTA MADRE....!!!
A lo oscuro estiro apenas un toque la persiana. La escalera va bajando bastante lenta y silenciosa, como tratando de no hacer ningúm ruido.
EL 267...NO...!!! ESE ES EL DE LA PANTALLA. Me quedan dos intentos o tengo que ingresar el PUTO PUCK.
26...AHI VA...!!!
DALE CARGA EL SISTEMA....!!!
La escalera tiembla. Alguien empieza a bajar.
La luz del patio de atrás me muestra unas botas, pantalones de trabajo con tiras fluo ...camperón amarillo o claro...
ES EL HIJO DE PUTA DE LA VENTANA....!!!
911 MARCANDO....Prendo el altparlante a todo lo que da. En ese silencio es un montón.
-911. Buenas noches.
-HOLA. ACA DE CALLE BRANDSEN AL 2900. HAY UN CHORRO BAJANDO AL FONDO DE MI CASA...!!! MANDAME UN PATRULLERO YA ...!!!
-Repitame la dirección...
Algo más dice el operador, cuando un acceso de tos provca un terremoto en la escalera.
Un grito medio cortado, la escalera que se ladea, y el tipo se cae desde arriba.
El golpe es sordo y bastante duro. Un saco de huesos contra cerámicas de alto tránsito, desde cuatro metros de alto. Medio de hombro y parte de la cabeza llegan primero a besarse con el suelo.
Algo se rompe.
Un grito de dolor y un acceso de tos fuerte, los sonidos para una imagen patética. El tipo en el suelo en una posición muy rara, y la escalera que cayó rebotando sobre él.
-Hay una unidad en la zona. Va para allá. Tenga todo cerrado y corrase de las ventanas, por si está armado...
-SE CAYO....! ESTA TIRADO EN EL SUELO....!
Ruidos en la linea.
-Quédese adentro y espere el móvil.
La sirena suena cerca. El tipo sigue ahí quejándose sin moverse.
-PAPA....
La mano de mi hija en el hombro me hace dar un respingo.
-ANDA A TU CUARTO...! HAY UN TIPO EN EL PATIO
No espera la repetición. Sale corriendo.
En el edificio de al lado, las luces se prenden en varios departamentos. El teléfono del living suena.
-ATENDE...!
Siento los pies descalzos de  mi hija que van hacia ahí.
-Es la vecina del fondo.
-DECILE QUE HAY UN TIPO QUE QUERIA BAJAR A ROBAR Y SE CAYO AL PATIO
La sirena se multiplica, ahora suenan dos, y bastante cerca.
El tipo logra moverse. Tiene el cuello medio torcido, pero se pone en pie como puede.
Va hacia la escalera.
Al ser de aluminio no es tan pesada, pero por efecto del palo que se pegó, le cuesta un huevo maniobrarla.
-AHI VIENE LA CANA; HIJO DE MIL PUTA...!!!
El tipo tose y mira a la ventana. Me congelo.
-AY... CARAJO...!!!
En  mi puta vida vi ojos como esos. Rojos parecieran, como con algo lechoso y con unas pupilas negras y sin brillo, opacas, como muertas. LA CARA POR DIOS....!!!
El pánico, una neurona en corto, no sé que mierda, pero pestaneo y el tipo, así como estaba, se subio a la escalera.
Cuándo y cómo subió ?
Las sirenas están en la otra cuadra. Se oyen los motores acelerando.
Una carrera arriba del techo.
COMO MIERDA...? SI ESTABA HECHO PELOTA....!!!
-PAPA...!!! EN LA CALLE ALGUIEN BAJA DEL TECHO.
Corro como un loco con el celu en la mano. El del 911 todavia está hablando. No sé que dice.
Llego hasta la ventana, junto a mi hija. La escalera está rebotando contra el piso.
Un tipo vestido como un barrendero trota como puede. Se pierde en la esquina.
-SE BAJO DEL TECHO Y VOLVIO A LA CALLE...!- le grito al celu.
Se oyen motores frenando de golpe. Luces parpadeantes en la esquina, que no llego a ver por el ángulo ya cerrado de la ventana. Dos pitidos cortos de las sirenas.
-Qué pasó pá..?
Serena está llorando. La abrazo. No sé qué decirle.
POR DIOS ESA CARA... ESOS OJOS...!!!
Ruido de pasos en la calle. Muchos. Borcegos o botas, da lo mismo. Tocan timbre.
Estiro la persiana y tres osos armados y pertrechados hasta los dientes se alejan más de un metro de la ventana para que hablemos. Parecen los del GAD.
-Buenas noches. Oficial...- no entendí qué me dijo.- Hay un tipo tirado en la esquina.
Gira hacia un lado y señala la escalera.
-Es esa...?
Estoy como en pedo. Tengo la cara del tipo todavía delante mío.
-Voy a necesitar que venga a reconocerlo. Es necesario.
-Papá...! - Serena está asustada. Ya de por si la situación la puso mal, y las armas la ponen peor. Y a éstos, armas le sobran. A qué guerra van...?
-Un minuto. - me sale casi versión murmullo.
Protocolo de salida. Estoy nervioso, medio boludo, y encima con miedo.
El dolor de garganta me vuelve con todo. Y el dolor de cabeza...
ESA CARA POR DIOS...!!!
Me cambio y salgo. Mierda que está fresco...!
Los tipos me "escoltan" a metro y medio de distancia, a pesar de ir con antiparras, y unos cuellos altos que le tapan la boca, y de seguro un barbijo.
En la esquina hay tres vehículos raros, con luces y sirena en los techos. Dos en sentido de la calle, y uno en contramano. No se escuchaban dos sirenas...?
En medio de la luz de los focos había un tipo despatarrado con la ropa de un barrendero, la cabeza torcida en una posición rara.
Me acerco.
-LA PUTA MADRE...!!!
Me preguntan si lo reconozco y les digo que si.
-Se rompió el cuello.- dice uno de los otros cuatro que había ahí esperando que llegáramos.
-Y cómo...?
Los tipos se miraban entre si.
Si se había roto el cuello tendría que estar tirado en el patio de casa. Cómo hizo para subirse a la escalera, subir la escalera, y hacer la inversa después de caminar varios metros arriba del techo ?
Tenía el celu en la mano. Uno me lo sacó suavemente, y no opuse resistencia.
-Destrábelo, por favor.
Le dije la clave de la pantalla, y el tipo se sacó un guante. Abajo tenia uno quirúrgico. Tecleó.
Sacó uno de uno de los tantos bolsillos que tenía y los pego espalda con espalda.
-Listo. Tenga. No se preocupe. de nuevo le pregunto, es el nuevo procedimiento. Lo reconoce...?
"Nuevo procedimiento". Cinco días de cuarentena oficial y total, y ya hay nuevo procedimiento...?
-Si, oficial. Lo reconozco.
Esa cara de muerte no me la voy a olvidar en mi vida. En la que me quede.
-Vuelva a su casa. Lo estaremos llamando.
Me sorprendo.
-No tengo que ir...
El que me hablaba negó con la cabeza.
-NO. Quédese en casa y no salga salvo por compras necesarias. Lo llamamos.
Uno de los tipos me acompañó hasta mi casa, pocos metros de la esquina, y esperó a que entrara y cerrara.
Protocolo de entrada. Sacarse la ropa y el calzado. Alcohol. Cambiarse la ropa y el calzado. Lavarse las manos y la cara con mucha agua y mucho más jabón.
Serena me mira. Está con los ojos llenos de lágrimas.
No entiendo nada. Algo no cierra.




.



Inspiraciones 5

    A veces una máquina de escribir es una buena historia en sí misma.  Y ésta lo es. Luego de Pandemia 2020, una historia obviamente nu...